Volver a casa después de un viaje de trabajo siempre tiene un encanto particular. Es regresar al acento familiar, a la calle conocida, a la cama propia.
Sin embargo, en el caso de los que regresamos a Venezuela, también hay un reencuentro con la fuerte ideología de adoración al presidente Hugo Chávez.
Esta semana estuve cubriendo la famosa Cumbre de las Américas 2012 en Cartagena y sólo con llegar a los aeropuertos de Colombia, uno recibe la cálida invitación turística a \»correr el riesgo de quererse quedar\»: imágenes de playas, de baile, de café, de mujeres en vestidos típicos; en fin, la esperada promoción de cualquier país que juega de anfitrión.
En Caracas es distinto. El aeropuerto de Maiquetía recibe al turista con una foto del comandante Chávez rodeado de niños sonrientes. Exhibe la palabra \»revolución\» por todas partes y asegura con 3 muñequitos agarrados de la mano que ahora Venezuela sí es de todos. Me pregunto si los que vienen a bañarse en Morrocoy o a conocer el Salto Ángel, dudarán de haber llegado al país correcto.
Pero quizás la cúspide de esa idelogía aeroportuaria se alcanzó esta semana con la exposición \»Testigos de la Historia\» donde se hace plena alusión a los sucesos de Abril de 2002. Por supuesto, desde la perspectiva netamente chavista.
Allí se muestra un montaje de cubos de fotografías en donde el 11 y 12 de abril se identifican con palabras como miedo, censura, incredulidad, rabia. Mientras que los cubos del 13 de abril – día del regreso del presidente Chávez al poder – llevan las las etiquetas de \»patria, \»revolución\» y \»futuro\».
Quizás no miré con detenimiento pero a Lucas Rincón no lo vi en ninguna foto.
Un muchacho joven me ve tomando fotos de esta exposición y me pide, por favor, que no me olvide de registrar a los \»polícías que mataron a nuestra gente\». Obviamente, este chico no recuerda a los llamados \»pistoleros de Puente Llaguno\» quienes sí dispararon contra el pueblo que venía en una marcha pacífica.
El mismo chico confiesa, minutos después, que él tenía sólo 15 años cuando todo eso sucedió y que realmente no recuerda bien los hechos. \»Pero para eso se hacen estas cosas\» me dice, señalando el cubo del 13 de abril.
Definitivamente, se cumple aquella vieja premisa de que la historia siempre la cuenta el ganador.
Yo, cansada de un largo viaje que me hace arrastrar maletas a la una de la mañana, no discuto ni trato de reconstruir el mes de abril de 2002 desde la óptica no chavista. Pero me queda energía para reconocer que la estrategia comunicacional del gobierno y la fuerza de la ideología roja nos está arropando por todos lados.
Sigo caminando hacia el taxi que me espera, con un anhelo sencillo: que una imagen de Los Roques me dé la bienvenida en el aeropuerto muy pronto…
Gracias por comentar sobre una realidad muy patente para cualquier viajero.
Cuando viaje a Venezuela con el deseo de vivir en Margarita, me lleve una gran desilusion. La inseguridad, la politica, la falta de huevos, cafe, o leche segun el dia, sin hablar del alto costo de vida, la suciedad, la falta de dolares,y las quejas de todos hicieron que saliera corriendo a Colombia que no conocia. Y alla encontre todo lo que me habia faltado en Margarita…hasta seguridad y buenas carreteras. Los Colombianos tienen un trato muy agradable y son muy trabajadores. Alla volveria en cualquier oportunidad, a Venezuela no se la recomiendo a nadie hasta que terminen con su bobolucion!
Los invito a ver un documental que se llama «La Revolución no será transmitida». Este documental si no me equivoco lo hacen unos franceses y demuestran «CIENTIFICAMENTE» lo que sucedió el 11 de abril. A usted Andreina, si su carrera la ejerce desde el corazón y no desde el bolsillo la invito a mirar detenidamente y objetivamente como lo dicta la profesión.