Andreina Flores

La foto del calvario

 

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Pues sí. Parece mentira que esta inocente imagen de un ícono de Caracas nos haya llevado directo al cuartico de la Dirección de Contrainteligencia Militar en Fuerte Tiuna. Pero, vamos, es Venezuela y cualquier cosa puede suceder.

Jorge Luis Pérez Valery y yo somos periodistas y panitas.
Hace un par de días, iniciamos un reportaje sobre la ciudad de Caracas que requería grabar en video lugares emblemáticos de la capital: las Torres del Silencio, la Plaza Altamira, la Plaza Bolívar y otros puntos tradicionalmente caraqueños.

Luego de grabar unos minutos en la avenida Bolívar, se nos ocurrió que sería buena idea tomar las escaleras del sector denominado El Calvario. Craso error.

No habíamos grabado ni siquiera un minuto cuando fuimos abordados por dos tipos en moto. Vestidos de franela y bluyín, y con actitud un poco agresiva, se acercaron a nosotros.

– ¿Ustedes trabajan en prensa? 

Yo dije: “Coño, aquí fue. Estos choros nos van a quitar la cámara y los teléfonos.”

-Muéstrenme sus carnets de prensa. Nosotros somos inteligencia militar. Los venimos siguiendo desde la Avenida Bolívar. Sabemos que vienen grabando desde allá. ¿Qué están grabando?

Mi madre. Sorprendida y molesta de saber que nos venían siguiendo… yo me envalentoné y respondí:

– Muéstrame tu carnet tú también porque yo realmente no sé quienes son ustedes. Me parece que nos pueden robar. Estamos en la ciudad más peligrosa del mundo.

Uno de ellos- a quien llamaré “el policía malo”- me muestra su credencial. Pero sólo tiene su foto y un número. No hay nombre ni apellido ni nada más.

Según él, así son los carnets de Inteligencia Militar.

Jorge y yo sacamos nuestras credenciales de prensa, seguros de que sólo nos iban a regañar y a pedir que nos retiráramos. Pero no, todavía faltaba mucho para que el mal rato terminara.

  • Aquí no se puede hacer fotos. Esto es zona de seguridad. Esto es el “corredor presidencial” porque estamos cerca del Palacio de Miraflores. Su presencia aquí es una amenaza para la seguridad del Estado.

No sé si reirme o llorar. ¿Corredor presidencial? ¿Seguridad de Estado? ¿De qué habla esta gente?  El tipo sigue con su discurso:

Tenemos información de que algo va a pasar en los próximos días. El 1ro de septiembre hay un plan. Nosotros tenemos que proteger al presidente, que es la figura más importante de Venezuela. Y ustedes pueden estar haciendo un reconocimiento de la zona.

Jorge, más tecnológico, le suelta esta perla: “Pana, si quisiéramos hacer un reconocimiento de la zona, lo haríamos en Google Maps. Ahí se ve todo. No tendríamos ni que venir para acá.”

El policía malo nos pide que los acompañemos al puesto de la Guardia Nacional más cercano para “tomarnos los datos”. Un trámite de apenas 20 minutos, según su promesa.

Después de resistirnos un buen rato, a regañadientes y con la cara desencajada, accedemos a subir hasta el sitio.

Los funcionarios vienen, van, se saludan , hablan, discuten, llaman, se hacen señas. Jorge y yo sólo esperamos. Ni siquiera hablamos mucho entre nosotros… para no decir algo que empeore más la situación.

Al final, el policía malo hace un anuncio de terror:

  • El capitán que está aquí no tiene la jerarquía para tomarles los datos. Además, me llamó mi coronel y me dice que él los quiere interrogar personalmente. Así que vamos a Fuerte Tiuna.
  • ¿Quéeeee? ¿Fuerte Tiuna? ¿Por qué? No, yo no voy a Fuerte Tiuna– respondo inmediatamente. No tengo nada que hacer allá. Nosotros no hemos cometido ningún delito.

Y es ahí donde el funcionario de contrainteligencia militar, hombre a cargo de la seguridad de la patria, suelta la frase CUMBRE de este episodio:

“Se los voy a poner así: hay dos formas de que vayan a Fuerte Tiuna. La primera es que colaboren… y la segunda es que los lleve esposados”.

Jorge salta de su puesto sin poderlo creer. Yo me quedo con la boca abierta. Al final, le digo al tipo: “Pana, ¿tú me vas a poner las esposas por una foto? ¿De verdad?”

Aunque ambos seguíamos protestando, sobra decir que tomamos la opción A: colaborar.

Subimos al taxi que nos traía desde Chacao y uno de los agentes de inteligencia militar se sube con nosotros, para evitar que escapemos. Al menos, tres motos más de la DGCIM nos escoltan.

Me siento como una delincuente.

Sabíamos que nos iban a quitar los teléfonos en cualquier momento así que nos apuramos en avisar al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa que nos trasladaban a Fuerte Tiuna.

Después de rodar un rato, fuimos entrando en “confianza” con el funcionario de Inteligencia Militar que venía en el carro, a quien llamaré “el policía bueno”.

Como saben, tengo una boca difícil de cerrar, así que le pregunto:

  • ¿Cómo es tu nombre, disculpa?

El tipo lo piensa, titubea y al final dice: “José”.

No se lo creo ni por un segundo pero sigo jugando el juego:

  • José… te voy a preguntar algo, aquí de pana. Y te pido que me contestes con la verdad: ¿tú sabes cuántas cosas están pasando en Caracas en este momento? Secuestros, robos, asesinatos. ¿Y tú estás aquí, perdiendo tiempo, llevándote a dos periodistas pa’ Fuerte Tiuna? Chamo, tú eres un funcionario de inteligencia militar… podrías estar desmontando una banda narcotraficante, un grupo dedicado al secuestro… y estás aquí escoltando a dos pobres reporteros. ¿No te sientes sub-utilizado?

El tipo me mira… y no le queda otra opción que reirse. Me dice: “Tienes razón. Para mí lo que ustedes estaban haciendo es algo normal. Una foto y ya. Pero son órdenes. De verdad, disculpa.”

Vaya, una flor en medio de tantas espinas.

Entramos a Fuerte Tiuna y todos nos miran con mala cara. El agente nos explica: “Los miran mal porque aquí casi no traemos detenidos. Para ellos ustedes son delincuentes.”

Excelente. Justo como me siento.

Finalmente, llegamos a la sede de la Dirección de ContraInteligencia Militar. Jorge y yo contamos 8 fotos de Chávez sólo en la recepción. La más grande tapiza toda la pared de fondo. Algunos visten camisas rojas con la firma de Chávez bordada en blanco.

Esa presencia absoluta del “Comandante Supremo” ya nos daba una idea de que la cosa iba para largo y, sin duda, sería muy desagradable.

¿Quiénes son los detenidos? – pregunta uno de los funcionarios.

Jorge y yo nos miramos, guardando silencio absoluto. Ninguno quería identificarse como “detenido”. Nos dicen que ya nos van a atender pero primero deben interrogar a la conductora del taxi que nos llevaba. Una señora que estaba destrozada de los nervios y nos echaba a nosotros la culpa de todo. En fin…

Luego de dos largas horas de espera, llegan los abogados de la organización Espacio Público.

Cruzan algunas palabras con uno de los agentes de la DGCIM pero su respuesta es tajante: “No hacen falta abogados. Los periodistas no están detenidos ni retenidos. Sólo fueron traidos a declarar en calidad de testigos.”

Ante esa frase, me atrevo a preguntar: Disculpe, oficial. Si no estamos detenidos ni retenidos… ¿podemos ir a comprar algo de comer por aquí cerca? Es que son las 3 y no hemos almorzado.

No, no pueden.

Ah ok.

Ya ni peleo. Quiero salir de esto pronto. Los abogados de Espacio Público nos compran unos cachitos y con eso amortiguamos. Tratando de buscarle algún sentido a esta jornada, me digo a mí misma que esto es una “no-detención”, al estilo del no-cumpleaños de Alicia.

Finalmente, me llaman al cuartico con el agente Montilla. No puedo dejar de notar que a la izquierda de su escritorio hay una caja con varios litros de aceite de cocina y otra con unos 12 kilos de harina. Confirmado: el bachaqueo llega hasta los rincones más insospechados.

Comienza el interrogatorio: ¿quién es usted? ¿qué estaba haciendo en El Calvario? ¿dónde tomó el taxi que la llevó hasta allá? ¿para qué medio trabaja? ¿qué estaban fotografiando? ¿ustedes están preparando algo para el 1ro de septiembre?

Echo el cuento completo una primera vez. Media hora después, el agente me dice: “Ahora quiero que me cuentes todo otra vez pero estructurado. Lo voy a escribir.”

Empiezo DE NUEVO: “ Estábamos en la zona de El Calvario…”

Justo en ese momento, entra el oficial de mayor rango. Vestido de civil pero recibiendo los respetos de todos. Viene con el teléfono al oído: “ Sí, mi general. Ya los tengo aquí, mi general. Estoy hablando con ellos, mi general. Ya los voy a soltar, mi general.”

No me pregunten qué general era ese. Pero fue el que dio la orden de que nos dejaran ir.

Al salir, nos espera en la puerta la abogado Rocío San Miguel, directora de la ONG Control Ciudadano y especialista en temas militares. Rocío se muestra implacable ante los funcionarios de la DGCIM y, sin tapujos, exige copia de nuestras declaraciones, además de una explicación clara de por qué nos tienen allí. Cita varias leyes, la constitución, el reglamento militar y todo lo que se debe saber para una defensa legal sólida. El militar de más alto rango se va reduciendo poco a poco… y le entrega a Rocío todo lo que pide. Sin chistar.
También nos acompañan Marco Ruiz y Blanca Vera del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa. Marco es la eficiencia hecha persona. Donde hay un periodista afectado, siempre está. Y por eso, es objeto de admiración de todos nosotros. Siempre cuenta – y contará – con mi más profundo respeto.

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Igualmente, la presencia del Colegio Nacional de Periodistas, en la persona de Lisbeth de Cambra, ayuda a aliviar el mal rato, amén de las llamadas a personeros militares que también tuvieron su efecto.

De regreso a casa, recibo una llamada del embajador de Colombia. Hay que recordar que tanto Jorge como yo trabajamos desde hace tiempo para medios colombianos. Nuestra relación con la embajada no sólo es de frecuente comunicación sino sumamente cálida y estrecha.

El embajador se muestra genuinamente preocupado y nos cuenta que tuvo que hacer varias llamadas de alto nivel para que nos soltaran. Confieso que me alegra su gestión pero, al mismo tiempo, no dejo de notar la paradoja de que Colombia me defienda de mi propio país.

Al final, Jorge y yo sólo vivimos un mal rato. Una no-detención totalmente innecesaria. Una amenaza de esposarnos fuera de toda proporción. Un tiempo perdido que pudo aprovecharse en arrestar verdaderos delincuentes.

Pero así es Venezuela ahora: desenfocada, ocupada en proteger figuras en vez de proteger personas, persiguiendo fantasmas de marchas en vez de resolver los problemas que dan origen a esas marchas.

Un país extraviado.

Andreina Flores

@andreina

 

PD: Esta crónica va dedicada a mi compañero Jorge Luis Pérez Valery, con la misma frase que le dije en la DCGIM: “De todo este día nefasto, lo único que agradezco es que estés aquí, papá”.

 

 

 

43 comentarios en “La foto del calvario”

  1. LUZ MARINA RAMIREZ

    QUE TRISTEZA, PARA ESO HAN QUEDADO ESTAS PERSONAS QUE DEBERÍAN DE ESTAR CUIDÁNDONOS DE LOS DELINCUENTES, INCLUYENDO LOS QUE HAY EN EL GOBIERNO, DIOS NOS AYUDE A SALIR DE ESTA PESADILLA

    1. EL chavismo le debe mucho no solo a Venezuela, le debe mucho al mundo que lo repudia. El chavismo lo que debe nunca lo va a poder pagar, el chavismo tiene una deuda de por vida con la humanidad por convertir uno de los paises mas hermosos del mundo en una basura llena de ruina y de corrupción.

  2. MARIO RICARDO NAVA

    El 1*de Sept el gobierno se dará cuenta del total rechazo pacífico por parte de la mayoría de los ciudadanos venezolanos que quieren una VENEZUELA LIBRE DE COMUNISTAS Y CORRUPTOS. DIOS HARA JUSTICIA MUY PRONTO.

  3. Tal como dices, ya nada nos sorprende, estamos en venezuela (en minúscula), yo desde hace mucho la escribo así porque no merece la mayúscula, Tenemos un gobierno que no persigue criminales sino a opositores, en el mas puro sentido de la palabra, cuando esto ocurre los gobierno se vuelven ciegos, no ven amigos ni enemigos, desconfían de todos y todo. La historia venezolana, latinoamericana y mundial, ha demostrado que los gobiernos corruptos, dictatoriales son lo que primero atacan a los periodistas y hasta cómicos, ya que ellos usan la sátira para representar la realidad. Ya vemos la represión y miedo, no tengo duda que ellos se pondrán mas agresivos, pero resistiremos y recuperaremos nuestro país,

  4. Liz Astrid Sánchez Sánchez

    Una foto que captó la estupidez y la debilidad de este «goberno «. Felicitaciones para ustedes muchachos.Y para Rocío Sanmiguel, quien les dijo a esos «militares» todo lo que la gente digna y decente de este país, les hubiera dicho en ese momento. ¡ Bravo!

  5. Mi total admiración hacia usted y su trabajo, una de las pocas reporteras quien se atrevió a increpar a Hugo Chávez en vida, todavía lo recuerdo y lo disfruto, mis felicitaciones y sigá adelante que Venezuela necesita hombres y mujeres aguerridas como usted…..

  6. Este tipo de situaciones deben denunciarse a nivel internacional para dejar bases ante DDHH ya que hacen lo que les venga en gana y deben saber que hay justicia internacional demora pero es implacable. mi mas grande admiración hay que dejar el miedo como decía mi padre miedo es la incapacidad de hacer las cosas.

  7. Estoy verdaderamente impactada por esta nota. Esta vaina parece lo que leía en Historia de Venezuela de los tiempos de Gómez. »Amenazas la seguridad del estado» tomando unas fotos, ah si, disculpa, tienes razón, debería ser entonces como los malandros con granadas y armamento militar en los barrios ellos para nada amenazan la seguridad del estado. De verdad que estoy sumamente impactada. Esto le puede suceder a cualquier ciudadano común, sin acceso a medios ni personas que lo puedan »sacar» de allí y simplemente eres un detenido por sabe cuanto tiempo.

  8. las cosas malas pasan hasta que los hombres buenos hacen algo, esto fue lo que le paso a estos periodistas pero Venezuela esta llena de hombres y mujeres buenos para derrotar definitivamente la maldad de esta dictadura, si dios quiere muy pronto

    1. Esos esbirros del DCIM deberán esconderse muy bien cuando este gobierno caiga. Son los seres mas sucios y arrastrados que existen. Dejemos que se voltee la tortilla a ver para donde van a correr HDP

    1. Eso está pasando en todos los Estados de Venezuela. LA LOCURA DEL ABUSO DE PODER ANDA SUELTA DE LA MANO CON LA CORRUPCIÓN, ESCACEZ, INFLACIÓN Y LA DELINCUENCIA COMÚN Y ORGANIZADA POR ESTOS MISMOS PERSONAJES EN CUESTIÓN…

  9. Qué vergüenza estos dizque MILITARES y y lame botas de INTELIGENCIA MILITAR son hechos los guapos con uniformes y carnet, que asco y repugnancia siento por esos INDIVIDUOS. Las Madres que parieron a esa lacras si son personas honestas deben sentir tanta pena y dolor de lo que hoy son sus hijos. Habría que preguntarles en que se equivocaron? Que fue lo que les faltó enseñarles? Que impotencia con estos esbirros, pero PRONTO les va a llegar su hora pues como dice el refrán: A CADA COCHINO LE LLEGA SU SÁBADO.

  10. Lamentable. Como militar retirado ésa expresión de que «el presidente es la figura mas importante de Venezuela» realmente me descompone, por ponerlo en términos cordiales. Además de ser la peor contradicción, pues como «camarada» (sarcasmo) debería ser igual a todos los demás «camaradas», no debe haber «más importantes», porque «en revolución» (continúo el sarcasmo) «todos somos iguales». En conclusión, ellos son «mas iguales que otros» (parafraseando a Orwell). Lamento muchísimo en lo que han convertido a las FFAANN, institución a la que debo todo, pero que tristemente ha perdido mi estima y respeto. Ésta, como muchas otras, es una historia de un hecho que nunca debió ocurrir, un hecho absurdo, que menos mal no pasó a mayores, pero a su vez nos da una idea del incremento de un poder incontrolable y venático de lo militar por encima de lo civil, contrario a los principios republicanos.

  11. que tristeza que hoy en mi pais ya no se puede hacer nada libremente nos estan queriendo cubanizar poco a poco nos estan queriendo undir con amenasas con tantas cosas pero ya mi pais esta cansado y el 1ro de septiembre sera un dia definitivo para mi pais DIOS ayuda a toda esa gente que sale a defender a mi pais guarda a todos esos periodistas que quieren mostrar la verdad y porfavor devuelvenos el pais que teniamos antes donde heramos tan felices quiero tener la venezuela prospera que tenia donde podia comer lo que quisiera podia salir y llegar a mi casa sin miedo a que me atracaran a que me acesinaran como estraño esa venezuela donde el sueldo alcansaba para todo pero con el favor de DIOS esa pesadilla llegara a su fin

  12. Miguel Angel Guillén.

    Sorprendente el calvario en que se ha convertido nuestro hermoso país. Lo mas importante es que tenemos valerosos Periodistas que aún tienen la posibilidad de narrar en forma clara y precisa los peligros a que se exponen a diario, ejerciendo humildemente y en forma muy profesional su trabajo. Desde San Cristóbal, un fuerte abrazo y mucha solidaridad para nuestros verdaderos heroes incursos en tal desagradable situación.

  13. Coño que mal que al final fue que leí que la detenida fue nada menos que la megaescualida ultraradical Andreina Flores. Apuesto lo que sea a que si estaba haciendo algo ilegal en ese viaje… Me hubiese ahorrado toda la mala lectura de saber que el personajillo detras era esta «»»»»Periodista»»»»»

  14. Simpatica nota, gracias a dios que eran peridistas, quien sabe que hubiese pasado de no tener un carnet que los acreditara, pero así es nuestro país, un poco de gente con muchas ganas de echarle, pero sin un lider que los empodere, un país rico con mentalidad de pobresa. La mala noticia es que la mayoría de la gente que tiene algo de conciencia está huyendo sin frenotodavía, es que, para todos los chavistas que lean estas palabras, la gente Que tiene una visión personal en la vida, se va a donde están las oportunidades, pues la vida es corta.

  15. Yo patiné por quince años, y unas cien veces me detuvo la policia. Recuerdo que una de cada diez veces nos detenian con uno de esos amigos alza’os que normalmente es «hijo de un peligroso abogado despiadado.» Esos días la pasabamos mal, más mal que de costumbre, porque nos retenian más tiempo, y eran más hóstiles. Una vez que llegaba «the power» nos soltaban con miedo, eso sí, pero no valía la pena. Yo estoy seguro que a ti tampoco te valió la pena. Hay un dicho muy venezolano que reza «el más vivo también se hace el huevón.»

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