Andreina Flores

La Guardia, la plaza y la prensa

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Son las 11 de la mañana del domingo 23 de marzo.

Hoy los periodistas decidimos concentrarnos en la Plaza Madariaga y caminar hasta el destacamento 51 de la Guardia Nacional Bolivariana para rechazar la detención de nuestros colegas Mildred Manrique e Israel Ruiz, además de una cadena de agresiones contra trabajadores de la prensa en general, que incluyen robo, maltrato y arrestos.

Comenzamos a caminar con nuestras pancartas, gritando “¡No somos terroristas, somos periodistas!!!”, cuando de pronto, una figura militar se asoma en la plaza. Suspenso…
Parece mentira pero es nada menos que el Comandante de la Guardia Nacional, General Justo Noguera Pietri, en persona.

Nos comenta que quiere conversar con nosotros. Nos invita a tomar café y jugo dentro del destacamento y nos promete que nos explicará con detalles la detención de Mildred. Asegura que puede dejar entrar a unos 40 de nosotros.

Yo no me lo creía. ¿El comandante de la Guardia Nacional vino a la plaza a invitarnos a su casa? Aunque algunos no lo confiesen abiertamente, la idea de que nos iban a arrestar a todos pasó en un flash por nuestras periodísticas cabezas.

Pero no. En lugar de un arresto, sostuvimos una cordial reunión de 4 horas con el alto mando de la GNB.  Cordial dije, sí.

¿Las razones para permitirnos ese acceso? Algunos opinaron que querían “lavarle la cara” a la institución, cuya imagen se ha ensuciado bastante con el sinfín de documentos, videos y fotografías  que han denunciado profundos excesos contra civiles (por decir lo menos),  otros  dijeron que les salía más barato tenernos de amigos que de enemigos, otros más que esa reunión era un teatro del cinismo. En fin…

Prohibido detener periodistas

Para empezar la reunión, nuestro colega incansable, Marco Ruiz, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, entregó un documento al General Noguera Pietri, donde se especifica la denuncia de  74 agresiones contra trabajadores de la prensa entre el 12 de febrero y el 22 de marzo de 2014.

Noguera recibe el documento y reconoce que se han cometido excesos contra los comunicadores. Delante de nosotros, prohibió expresamente detener a periodistas. Y más aún, también prohibió detener a quienes estén grabando en la calle, sean periodistas o no.

Esta prohibición debe formalizarse en un documento, en una orden escrita. Sin embargo, si esa orden no llegara a redactarse en blanco y negro, al menos que quede el video:

 

Los cubanos

Aunque los promotores de la protesta nos recordaban cada 5 minutos que eso no era una rueda de prensa, la colega Maru Morales, del diario El Nacional, no quiso perder la oportunidad de estar frente al alto mando de la Guardia Nacional y lanzó esta bola directa:

“Yo quiero saber como periodista y como venezolana, si la Guardia Nacional de mi país está recibiendo instrucciones o tiene funcionarios que no son venezolanos girando instrucciones para el control de manifestaciones en este momento…”

El primero en responder es el Comandante General, Noguera Pietri: “La Guardia Nacional recibe instrucciones de dos entes superiores de la jerarquía militar: la ministra Carmen Meléndez y del General en Jefe, Padrino López. Una vez recibida la instrucción, la operacionalizo YO. NADIE MÁS.”

Ahí tuve yo que precisar la pregunta: “Entonces, ¿usted niega la presencia de cubanos en la Guardia Nacional?

Noguera: “Para entrar a la Guardia Nacional, el primer requisito es ser venezolano”.

Eso no contesta la pregunta pero bueno… seguimos.

El General Quevedo, jefe del Comando Regional 5,  recuerda las veces que sus detractores le han llamado “cubano” y aclara que es nacido en Maracaibo. De hecho, reforzando su acento maracucho,  reitera lo que han dicho sus superiores:  no hay cubanos en la Guardia Nacional.
Su palabra vaya adelante, mi General.

Por su parte, Benavides Torres ensalza a su componente diciendo que en la Guardia Nacional sólo hay venezolanos, patriotas. “Los hermanos cubanos están en la cultura y en Barrio Adentro”. En el video que exponemos abajo, Benavides no sólo niega la intervención cubana en sus filas, también niega cualquier responsabilidad de la Guardia en el asesinato de Geraldine Moreno –  a causa de perdigones en el ojo izquierdo – y más aún, se muestra tan comprometido con el gobierno de Nicolás Maduro, que genera la reacción de nuestra colega Lisbeth de Cambra, secretaria regional del Colegio Nacional de Periodistas.

 

 Marvinia y la sargento del casco

Todos lo vimos. Una sargento de la Guardia del Pueblo arremetió poseída contra Marvinia Giménez, una mujer de Valencia, estado Carabobo.

Sonriendo, la golpeaba con el casco en la cabeza mientras sus compañeros militares veían la escena sin intervenir. Dantesco, vergonzoso.

El General Noguera aseguró esta tarde que la responsable de esa brutal agresión ya estaba arrestada:

“Esta sargento, efectivamente, hizo una violación a los procedimientos. Golpeó de manera… fuerte a una ciudadana. No se justifica esa acción. Ya está a la orden de la fiscalía. Reconocemos que hubo un exceso total y una violación flagrante de los derechos humanos de esta ciudadana. No justifico la golpiza. La sargento… la tengo a la orden de fiscalía, esperando su detención. Está arrestada y cuando venga la orden de captura, será entregada”.

Sin embargo, la palabra del General Noguera parece no ser suficiente. Apenas pusimos sus declaraciones en el twitter, cientos de personas vomitaron su incredulidad en 140 caracteres.

Algunos hasta pidieron foto de la sargento en su condición de arresto. Una foto que haga justicia a la imagen del casco contra la cabeza de Marvinia.

 

Mildred: el matero, el chaleco y la puerta reventada

\"Puerta

La causa original de nuestra presencia en los predios de la Guardia Nacional, como dije al principio, era el arresto de la colega del Diario 2001, Mildred Manrique.

El Jefe del Comando Regional 5, Manuel Quevedo, quien cubre toda la Gran Caracas, contó que desde el apartamento de Mildred en el edificio FOR YOU de Altamira, alguien había lanzado pintura y dos materos contra sus compañeros militares.

Entraron al edificio y no encontraron a nadie en el apartamento. Relata que, justo en ese momento, Mildred llegó a su casa pero no tenía llaves para abrir la puerta. Como no había llave, la Guardia dispuso quitar la reja por las bisagras y romper la puerta. “Ingresan los funcionarios con ella y en todo momento hubo una situación de respeto a los derechos humanos y a su dignidad. Ella pidió privacidad y sólo se quedaron los funcionarios encargados del allanamiento”  asegura Quevedo.

El General también expuso el resumen de objetos retenidos:

10 pares de guantes

3 máscaras antigas

3 bolsas con kits de Maalox, alcohol y gasas.

2 computadoras y una tableta

1 franela de un candidato (Quevedo dice que no era Capriles)

1 máscara de disfraz (suponemos que era de Anonymous)

5 potes de pintura

9 sillas de color verde

1 rollo de alambre

El jefe del CORE 5 afirmó que Mildred fue voluntariamente al destacamento 51 de la Guardia Nacional y allí se le trató como testigo del caso.  Nunca hizo referencia a que sus implementos como chaleco, máscara o casco fuesen razón para acusársele de terrorista. De hecho, Quevedo condenó que se “manipularan tuits” para criticar a la institución sin conocer los hechos.

Interesante escuchar la versión militar. Para eso estamos aquí también.

 
¿Rueda de prensa?

Al final de la sesión, se me quedan algunas preguntas en el tintero:

“Si ya suman tantos “casos aislados de exceso” dentro de la GNB  ¿no es señal de que ustedes, jefes militares, no controlan a su gente?”.

Otra:  “¿Cómo es posible que se fugue el 40% de los alimentos de Misión Alimentación hacia Colombia en las narices de la Guardia? Basta ir a la frontera para escuchar todo tipo de anécdotas sobre la complicidad de los militares. ¿Nadie va a ocuparse, al menos, de investigar?”

Y así un montón.

El Alto Mando de la Guardia Nacional nos prometió un mayor acceso a la fuente militar, la instalación de mesas de trabajo para coordinar mejor la cobertura periodística con garantías de seguridad  y, finalmente, la repetición de este tipo de encuentros, bajo la figura de ruedas de prensa.

Quizás tomarles la palabra sea sinónimo de ingenuidad. Pero vamos, también parecía improbable que un General viniera a buscarnos a la plaza…

 
Andreína Flores

@andreina

2 comentarios en “La Guardia, la plaza y la prensa”

  1. Yo, Osiris Villarroel, una ciudadana venezolana mas cuyo fuerte no es precisamente el periodismo, NO LES CREO PERO ES NADA DE NADA, TODOS ESTÀN CORTADOS CON LA MISMA TIJERA: son mentirosos, manipuladores y desgraciadamente vendidos, como todos sus «Jefes» Es una làstima que generalize pero todavìa no he visto donde estàn los militares VENEZOLANOS de verdad, con la premisa de honor que algùn dia ostentaran, con la fuerza espiritual y principios que toda la vida ha caracterizado a los hijos de esta hermosa tierra VENEZUELA!

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