Andreina Flores

Yo también soy Monagas

\"\"

Discúlpenme si hago de este artículo algo más personal que periodístico. Y es que sólo unos pocos saben que pasé mi infancia en los campos petroleros de Monagas – Morichal y Quiriquire, para ser más exactos – viendo balancines y comiendo tortas de casabe.
Hoy, algunos viejos amigos de la época han capitalizado esa vida petrolera y pertenecen a las filas de PDVSA. Juntos vemos con horror las imágenes del derrame de petróleo en el río Guarapiche de Monagas, causado por la rotura de una tubería de transporte de crudo en la planta de Jusepín, el pasado 4 de febrero.
Parte de esas fichas de PDVSA que, al parecer, eran quienes sabían operar las instalaciones correctamente,  debían estar allí en la planta ese día, trabajando. Porque para eso se han formado y para eso se les ha contratado.

Pero no, estaban en el paseo Los Próceres, obligados a “celebrar” 20 años de una intentona de golpe fallida. Subieron a los autobuses revolucionarios desde la noche anterior, refrigerio en mano y minuciosamente anotados en la lista de la amenaza. Así llegaron a Caracas para engordar las hileras de público “multitudinario” ante las cámaras del presidente.

\"\"

Pero como hasta el teatro tiene un límite, varios de ellos se escaparon del desfile golpista por unas horas  y nos encontramos en algún lugar de la ciudad. Debo reconocer que me choca en los ojos verlos llegar vestidos de rojo.  Para mí es tomar años de buena formación académica y excelente rendimiento profesional  para reducirlos a una franela política y forzada. Afortunadamente, una franela es sólo eso: una franela. Y así como esa roja, otra de cualquier color viene guardadita en sus carteras y morrales. Un rápido cambio en el baño remedia el malestar de llevar un color por fuera y sentir otro color por dentro.
Ninguno de ellos votó el 12 de febrero, pero todos tienen el corazón puesto en el 7 de Octubre, cuando nadie les quitará el derecho de mostrar su dedo entintado de cambio.

Estos amigos, y muchos más, deberían haber estado allí en Monagas el 4 de febrero, ocupando el sitio que les corresponde para llevar a PDVSA adelante. Pero, en lugar de eso, se quedaron los peleles a cargo. Al parecer, uno de ellos reventó una palanca vital para el sistema y nunca supo qué hacer.  También la falta de mantenimiento jugó en contra. La primera decisión debió haber sido, según los expertos,  cerrar la válvula de flujo del campo de El Furrial para evitar que el crudo siguiera llegando a Jusepín y más allá, al Guarapiche. Pero la válvula nunca funcionó y sí, la sangre llegó al río.
Por supuesto, nadie va a declarar eso en cámara ni permitirá que citen su nombre en un artículo de prensa.  Sólo es un relato, un cuento de camino.

Pero la gravedad del problema no es que los soldados rasos no sepan cómo resolver. El verdadero caos es que los grandes jefes, empezando por el ministro de Energía y Petróleo Rafael Ramírez, tampoco tengan ni idea.   Ni idea de la solución y, por lo visto, ni idea de la magnitud del ecocidio que está sucediendo.  Muestra de eso es la contratación de un grupo de lugareños para limpiar el desastre, cuando en el resto del mundo este trabajo es realizado por empresas especializadas. Las imágenes de estas personas  bañadas en petróleo, sin ningún tipo de protección ni equipo,  son dantescas.

\"\"

¿Qué se dice dentro de PDVSA Monagas? Nada. Está prohibido hablar del tema. Distribuyeron una nota entre los empleados diciendo que Eulogio Delpino, vicepresidente de Exploración y Producción de PDVSA, se hacía responsable por los hechos y que el derrame estaba estimado en 60 mil litros (no barriles sino litros).  En este momento, se está realizando una operación de embalsado del crudo por sectores y la orden que hay es sanear las aguas en ocho días, contados a partir del 16 de febrero. Tendría que meterse Dios mismo en traje de buzo al Guarapiche para lograr esa meta.

Se ha dicho también en PDVSA  – a manera de coscorrón para todo el mundo – que los responsables asumirán las consecuencias.  Sin embargo, al menos en los pasillos, aún no se escuchan nombres de las cabezas que rodarán.
Lo que sí se dice a viva voz y por escrito es que “ese número de 3 millones de votos de la oposición es falso”. Como si eso ayudara a detener la tragedia ambiental que quedará en sus conciencias para siempre.

@andreina

7 comentarios en “Yo también soy Monagas”

  1. La primera foto fue puesta como referencia. Sin embargo, acepto la observación y la cambio por una aérea del derrame en el río. Las otras dos son tomadas en Caracas el 4F y en Monagas, cortesía de la agencia AP.
    Pero aclaro que una foto referencial no le quita objetividad al artículo. La tragedia es muy real y muy grave. En eso deberíamos concentrarnos.
    Gracias por leer.

  2. Muy buen artículo. En un país donde se hacen tantas cosas mal hechas y nunca hay culpables, esperemos que hoy, mañana o quizás pasado mañana haya culpables de este desastre y se tomen medidas ejemplarizantes. Sería un excelente cambio, ver que se tomen acciones reales y no termine todo en que fue un sabotaje.

  3. excelente publicaccion, soy de maturin y todo esto lo que da es pena y verguenza de gobierno que nos gastamos….. cuando el ministro vino y dijo que aqui no estaba pasando nada me provocaba poner una pancarta bien grande y decirle venga mudese a maturin por un mes y abra el sifon y tomese 5 vaos de agua diaria si no pasa nada entonces que abran el agua para todo el mundo. par de inrresponsables que tienen a este pais arruinado y cada dia es peor…ya los vere caer a todos no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista. FUERA TODOS DE ESTE PAIS VALLAN A VIVIR A CUBA SU CUBA LIBRE…..

  4. Andreina buenas tardes, te vi hablar en el foro del día martes, con respecto a este artículo tengo muchas cosas que contarte que tu interes periodistico no dejará pasar de lado, son cosas tan asombrosas que solo una mujer audaz como tú puede sacar a la luz. Cómo puedo hacer para comunicarme contigo de manera más privada.

Dejar un comentario